Al inicio del año 1893 se registró un acontecimiento olvidado de la historia de Texcoco. Un viajero sorprendió a la ciudad con un comportamiento extraño frente al Templo del Señor del Hospicio (actual Parroquia de San Antonio), los periódicos y la sociedad texcocana lo identificaron como el mítico judío errante. El hecho fue tan curioso que se supo en lugares tan lejanos como España y Estados Unidos.
La nota de “El Regidor” de Texas, Estados Unidos, del 18 de
Febrero de 1893:
“Recorre actualmente un extraño viajero: el Judío Errante. La noticia es sorprendente,
pero cierta. La da con carácter un periódico de Texcoco. Varias personas vieron
a un misterioso personaje que penetró a aquella histórica ciudad, fatigado,
jadeante, sudoroso: se detuvo un momento frente al templo del Sr. Del Hospicio,
se arrodilló; miró con dolor el santuario; lanzó un sollozo y continuó de nuevo
su camino sin volver siquiera la vista atrás. . . . .
Cuantos conozcan la ciudad de Texcoco, casi desierta, con
ruinas antiquísimas y en la cual reina una atmósfera de soledad y tristeza, que
apena comprenderán que a lo menos el escenario de ese episodio, estuvo
perfectamente elegido.”
La nota del periódico “La Iberia” de España fechada el 19 de
Abril de 1893 (citando a un periódico de Texcoco):
“Recordarán nuestros lectores
que en uno de nuestros números anteriores dimos la noticia de que en esta
población circulaba la especie de que por ella había pasado el Judío Errante.
Los rumores que a este respecto circulaban se han robustecido, pues varias
personas aseguran haber visto al misterioso personaje; que sudoroso, fatigado,
jadeante, se sentó un momento en las gradas del templo del Señor del Hospicio;
pero no pudo permanecer sentado ni un minuto, pues enseguida se arrodilló, miró
con dolor el templo, lanzó un sollozo y volvió a caminar.”
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