En el “Diccionario Geográfico, Histórico y Bibliográfico de
los Estados Unidos Mexicanos”, hecho por Antonio García Cubas en 1888, existen
pequeñas descripciones acerca de cómo eran las poblaciones de la región de
Texcoco en ese tiempo. A continuación se presentan fragmentos de algunas de
ellas:
Texcoco
“La ciudad de Texcoco, capital
antigua del reino de Acolhuacán, una de las naciones más poderosas de Anahuac,
tiene calles rectas, una gran plaza en la cual se levanta un monumento
construido de hermosa y fina cantera, en honor de Netzahualcóyotl, gran rey de
Acolhua, guerrero, filósofo y poeta que reinó en el siglo XV. Entre los templos
merece mencionarse la parroquia por su buena construcción; la ciudad posee un
paseo, fábricas de algodón y de vidrio, y en los alrededores lugares
pintorescos y amenos como el Molino de Flores con su establecimiento
industrial, su agreste y florida cañada embellecida por un airoso puente tras
del cual se percibe una cascada, así como en la margen izquierda del barranco,
una romántica capilla que se levanta sobre los acantilados peñascos que forman
el ribazo del río; otro lugar muy entrañable es el cerro de Texcotzingo, con
ruinas interesantes”.
Tepetlaoxtoc
“…El aspecto que presenta este
pueblo por su ubicación en lomas tepetosas es triste. Por la aridez del terreno
tan sólo es propio para plantío de magueyes, industria a que se dedican de
preferencia los habitantes.
Encumbrando la sierra al E. y los
cerros que circundan este lugar por el N., se encuentran los oyameles, encinos,
ocotoes, pinos y otros árboles y plantas. Tepetlaoxtoc surte en parte de
calcedonia a la fábrica de vidrio de Texcoco. Se halla situada a 10 kilómetros
al N.E. de Texcoco por el Ferrocarril de Irolo.”